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Título de ciudad a favor de Guadalajara
Título de ciudad otorgado por el Rey de Castilla Enrique IV a Guadalajara: 25 de marzo de 1460. - Archivo Municipal de Guadalajara.

Transcripción
La transcripción respeta la ortografía de la época, salvo en el uso de mayúsculas, que sigue la norma actual. Por ejemplo se alterna "çibdad" y "çiudad", se escribe "Algezira" o "ynfantes".
Apuntes históricos
La firma de este privilegio era el punto y seguido de un conflicto de intereses que había tenido por protagonistas al rey Enrique IV, la vieja nobleza de Guadalajara y a los Mendoza. El origen de la disputa se centra en la queja que algunos nobles alcarreños, hacen llegar al rey sobre las maniobras y abusos cometidos por el segundo marqués de Santillana en Guadalajara, don Diego Hurtado de Mendoza, que se unen a las cautelas que el propio monarca tenía hacia él, sus movimientos y alianzas que, de algún modo, afectaban al contexto político de la Corona.
Como respuesta a esta situación, Enrique IV mandó por sorpresa una fuerza militar a Guadalajara para hacerse con su control, apoderarse del alcázar y expulsar de sus casas al marqués; que se vio obligado a abandonar Guadalajara y refugiarse en la cercana fortaleza de Hita. Después el propio monarca establecería su residencia en el alcázar. Aquí dictaría órdenes y firmaría privilegios a favor del Concejo de Guadalajara, incluido el título de Ciudad.
Meses después Enrique IV alcanzaría un acuerdo de amistad con don Diego, que no se firmaría hasta 1461, y que le permitiría regresar, con todo su favor, a la ya ciudad de Guadalajara.
El título de Ciudad tenía un carácter honorífico, de reconocimiento de lealtades, y no de concesión de preeminencias concretas. No obstante, Guadalajara como villa, ya contaba con dos importantísimos privilegios que la confirmaban como una de las principales poblaciones de la Corona de Castilla:
- Tener voto en Cortes representándose así misma y a otras localidades.
- Contar con ferias comerciales de carácter anual por sendos privilegios dados por Alfonso X. Uno en 1253 para celebrar una feria durante quince días desde la Pascua de Quincuagésima. Y, otro, en 1260 para organizar una más, de dieciséis días de duración en torno a la festividad de San Lucas.
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