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Iglesia de San Ginés
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Siglo XVI
Al sur del casco antiguo de Guadalajara se halla la plaza de Santo Domingo, que hoy es el centro de la ciudad, y antiguamente extramuros y plaza del Mercado. En esta plaza desemboca, por el lado norte, la calle Mayor; al este, el paseo del Doctor Fernández Iparraguirre, llamado tradicionalmente de las Cruces; al oeste, muy cerca, se abre la entrada al Parque de la Concordia; al sur, finalmente, la calle comercial de la Virgen del Amparo. En este lado se levanta la mole de la iglesia de San Ginés.
La iglesia actual fue, antaño, la del convento de Santo Domingo de la Cruz, ya desaparecido. Su construcción comenzó en 1561. Por varias razones la obra se detuvo en 1566, de modo que el edificio actual es aproximadamente la mitad del que se había proyectado. En la enorme fachada de piedra, la portada queda enmarcada por dos grandes contrafuertes, que se prolongan en espadañas. Sobre el rosetón central figura el escudo de la orden de Santo Domingo.
En el interior de San Ginés, de una sola nave con capillas laterales, pueden contemplarse cuatro ejemplos excelentes de escultura funeraria: a los lados del presbiterio, las estatuas orantes de los fundadores del convento, Pedro Hurtado de Mendoza, séptimo hijo del marqués de Santillana, y de su mujer Juana de Valencia; en las capillas del crucero los sepulcros de los primeros condes de Tendilla, Iñigo López de Mendoza y Elvira de Quiñones, del siglo XV, trasladados aquí en el siglo XIX, desde el desaparecido monasterio jerónimo de Santa Ana, en Tendilla.
En la misma plaza de Santo Domingo, a un lado, entre los árboles, merece atención el monumento al conde de Romanones, del escultor Miguel Blay, que fue erigido en 1913 por suscripción de los maestros españoles.
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